No hay excusa, pues son más las bendiciones que Dios ha derramado sobre nuestra vida que las situaciones difíciles que puedes estar experimentando. Olvídate un momento de todo eso, agradece al Señor, Glorifícalo, Alábalo, Exáltalo, Adóralo, dile lo mucho que lo amas y lo seguro que te hace sentir cuando estas junto a el.
¿Cómo no agradecer?, por el aire, por la vida, por la familia, por darnos el privilegio de sentirlo, por darnos el enorme privilegio de servirle, simplemente GRACIAS SEÑOR.