A sus 92 años de edad, Jimmy Carter, ex presidente de EEUU, todavía continúa enseñando la Biblia en la escuela dominical de su iglesia, labor que realiza durante décadas.
A pesar de su edad avanzada, Carter sigue enseñando los estudios bíblicos de la escuela dominical, en la Iglesia Bautista Maranatha, en su ciudad natal, Plains, en Georgia. A pesar de los años, continúa con esta labor que mueve su corazón.
Carter, que gobernó los Estados Unidos desde 1977 hasta 1981, ha enseñado la mayor parte de su vida, y fue el único presidente estadounidense que enseñaba en la escuela dominical mientras estaba en el cargo. Ahora alejado de la vida política se desempeña como maestro y diácono.
Muchas personas de diferentes partes de Estados Unidos, acuden a la iglesia para escuchar a Carter exponiendo la Palabra de Dios. El templo queda completamente lleno antes que se dé inicio a la liturgia.
El culto comienza con la entonación de varios himnos, luego se procede a la lectura bíblica y seguidamente presentan a Jimmy Carter, como el expositor del estudio bíblico.
Carter, con una sonrisa y con el micrófono en la mano, da la bienvenida a los presentes, a quienes pregunta cuándo llegaron y de qué lugar vienen. Antes de comenzar la lección, pide a uno de los pastores o misioneros invitados a dirigir palabras de oración.
Después de eso, comienza la clase, y es la escuela dominical como de costumbre, incluyendo la lección del trimestres y todos quedan atentos a escuchar, sólo que esta vez el maestro es el 39º presidente de los Estados Unidos!.
Jimmy Carter, padeció de un cáncer agresivo en 2015, que incluso los médicos le dijeron que sólo le que daban pocos días de vida. Pero en marzo del 2016, Carter comunicó que Dios lo sanó del cáncer. Ahora se dedica a la mediación de conflictos internacionales y al apoyo de causas humanitarias. Fuente: AcontecerCristiano.Net
Publicidad
sábado, 10 de noviembre de 2018
LA BIBLIA EN NUESTROS TIEMPOS Y AQUELLOS QUE QUIEREN NEGAR SUS ENSEÑANZAS.....
Toda la maldad del hombre moderno esta enraizada profundamente dentro de un corazón donde falta uno de los ingredientes de lo puramente moral y ético; Dios.
Esa maldad es una acción nacida de las entrañas de aquellos que se niegan a escuchar los mandatos heredados y llegados a nosotros a través de un libro al que muchos huyen de su lectura.
Huyen espantados porque ese libro, nos descubre interiormente en nuestras fortalezas y debilidades y no muchos están preparados para enfrentar las realidades convertidas en debilidades.
Es un libro que sirve de marco dorado a todos aquellos valores que humanizaron a los grandes hombres y mujeres de nuestro pasado. Ese libro es, la Biblia.
Ese libro que nos dice que El Dios padre envió a su hijo único, Jesús, a que, con su sacrificio en la cruz, redimiera con su sangre la malignidad manifiesta de los hombres que se han perdido en sí mismos.
Sabemos que todo esto ha sido puesto en dudas por muchos de las actuales generaciones. Estas negaciones es la consecuencia de la falta de FE y de haber perdido en alguna parte el interés por las cosas que son de Dios.
Hemos olvidado este libro en alguna gaveta y los polvos la han cubierto para no ser vista y mucho menos leída. ¿De quién puede venir el mandato oculto de que no sea leído?
Efectivamente, de aquellas personas que han preferido transitar los senderos iluminados por el fuego que, han alimentan las malas pasiones y los desenfrenos de una sociedad que camina hacia su perdición.
Nadie puede negar que sea de la manera en la que la describimos. Hemos creado con nuestra dejadez, una sociedad en la que todos somos víctimas y las circunstancias nos llevan a ser victimarios.
Pueden buscar todas las excusas en los medios que han logrado sustituir las voces de los hombres que una vez, fueron ejemplos para sus hijos y la sociedad en la que nacieron.
Esos medios nos han llevado de la mano de lo puramente material y en casi ninguno se promociona lo que de hacerse contribuiría a elevar el espíritu de la negación del hombre materializado de estos tiempos.
Esos hombres deshumanizados a los que no se han puesto en contacto con los principios doctrinales contenidos en la Biblia cuyas verdades escritas, muy pocos se atreverían a negar como formadora de moral y de una vida llena de virtudes. Por: Pedro Melo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)