Aunque el premio sea a toda su carrera, Washington afirma que no le gusta echar la vista atrás: “Solo miro hacia adelante”. Tampoco le apetece elegir sus mejores trabajos. “Probablemente mi mayor logro son mis cuatro hijos”.
Como hombre profundamente creyente (lector asiduo de la Biblia, e hijo de pastores pentecostales) declara: “Cada uno tiene un talento. Dios nos ha dado a cada uno un talento, unos más a la vista que otros y el mío está delante de las cámaras”.
Su fe no está exenta de profundidad. Recuerda también lo que le dijo hace años una anciana estadounidense: “Cuando oras para que llueva debes estar preparado para el barro”.
A punto de cumplir los 60, Washington es el primer actor negro que recibe este galardón. Su respuesta es otra pregunta: “¿Por qué les ha llevado tanto tiempo?”, que acompaña de un simple deseo y una risa: “Confío en no ser el último”. Pero prefiere hablar de cine y no de etnias.
Sin embargo, no le gusta mucho la promoción personal aunque reconoce que “Estoy disfrutando de todo lo que me da la vida. Y desde luego mejor que te halaguen a un abucheo”, La sonrisa de Denzel es su mejor arma y bajo ella esconde, según muchos, un fuerte carácter.