Mis hermanos, el día de hoy publicaré, lo que Dios ha querido poner en mi corazón, para que entendamos un poco, la vida que lleva un verdadero siervo de Dios.
Si bien hay "Apostoles" y pastores que son asalariados, carnales, que hacen mercadería del rebaño, los cuales han dejado heridos a muchos hermanos. También hay siervos valientes, esforzados, hombres de valor, que trabajan inagotablemente para la obra de Dios, que dan la vida por el Evangelio y por las ovejas del Señor.
El pastor es quien tiene la misión de llevar el rebaño hasta el redil celestial. Dios lo ha escogido para apacentar con buenos pastos y llevar esas almas por buen camino. Se es pastor no por voluntad humana, si no por vocación y llamado de Dios. Un pastor deja todo por amor a Cristo, trabaja incansablemente en la obra del Señor, con dedicacion y con entrega. Muchas veces él es el albañil, el eléctrico, el gasfiter, el aseador, el jardinero, el cantante, el corista, etc.
No debemos olvidar que el pastor es un ser humano, como usted y como yo; Que se enferma, se desanima, se entristese y se agota, más él no puede faltar. Un hermano puede faltar un par de días a la iglesia, pero un pastor debe seguir cumpliendo con su ministerio a pesar de todo. El pastor también se equivoca, se enoja, pocas veces dice lo que siente, y la mayoría de las veces calla y sufre en silencio. El también tiene familia que atender y proveer, tiene sentimientos; llora, se duele con la traición y el abandono, con la murmuración y el chisme, y se hiere con los comentarios mal intencionados.
Muchas veces, en el servicio ve con mirada triste, que la iglesia está más vacía de lo habitual, extraña a las ovejas y piensa para si, ¿que será de ellas?, ¿les habrá pasado algo malo?. El ora por todo el rebaño, clama por ellos, se goza con nuestros triunfos, se quebranta con nuestras tristezas.
Quizás usted que lee esto no le importe, pero su pastor se hace pedazos para que otros puedan estar enteros, y muchas veces cuando Dios ha restaurado a aquellos siervos, estos se olvidan, se enojan y se van, dejando una profunda herida en el corazón de ese hombre de Dios.
Ser pastor es una tarea muy difícil, porque su trabajo es conducir y enseñar a personas y el corazón del hombre es malo; ¿Cuan engañoso es el corazón del hombre?, ¿Quien lo conocerá?, dice el Señor. Pero debemos saber que la mayor dificultad que enfrenta un pastor, es la guerra espiritual que le toca librar, el enemigo de nuestras almas no le dará tregua y usará todas sus armas para verlo caer.
Un pastor necesita de sus ovejas para poder mantener y hacer crecer la obra de Dios. El requiere de siervos comprometidos que amen a Jesús y a su evangelio.
Querido pastor, camine con la frente en alto, con la pasión a flor de piel, con la misma entrega que Cristo tuvo, con el amor que el Padre nos enseñó a través de su Hijo, con el sacrificio que JesúsCristo hizo por nosotros en la cruz del calvario, con la paciencia y la mansedumbre que tuvo frente a Judas, que aún sabiendo que este lo iba a traicionar, pudo sentarse a comer y convivir con él.
Ser pastor es una tarea dificil, no todos pueden serlo, Dios lo escogió desde el vientre de su madre, porque sabía que usted podía llevar esa carga y cumplir esa tarea.
Hermanos, amemos a nuestros pastores como Cristo nos Amó. Que nuestras actitudes sean con el fin de alentar la obra de Dios.
Oremos por ellos cada día, porque si satanas nos quiere sacar del camino a nosotros, que somos simples siervos, cuanto más querrá derribarlos a ellos que tienen a cargo toda la congregación y predican a las muchas almas.
Dios está llamando a guerreros leales y fieles, para pelear la buena batalla de la Fe.
Apoyemos y ayudemos a nuestros pastores en su caminar y en su tarea, amémonos los unos a los otros como Cristo nos amó.
Que Dios les bendiga mis amados hermanos. Por:Luis Reinaldo Escrich
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sábado, 28 de abril de 2018
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