La temperatura global en la superficie de la Tierra ha alcanzado el punto más alto en los últimos 115.000 años, según un estudio rubricado por el ex climatólogo de la NASA James Hansen y otros once expertos para Earth-Systems Dynamics Journal. Hansen, considerado como el “padre” de la ciencia del cambio climático, predice que este año la temperatura superará en 1, 25ºC la media de la era preindustrial (15ºC). A lo largo del año se han registrado las máximas históricas mensuales, con julio como el mes más caluroso desde que se iniciara el registro en 1880 (una media de 0,84ºC por encima de lo habitual). El septiembre pasado, la Agencia Estatal de Meteorología activó la alerta naranja en 16 provincias ante la ola de calor que provocó temperaturas por encima de los 45ºC en la mitad sur de España.
Según el estudio apadrinado por James Hansen, el escenario hacia el que avanza el planeta puede ser similar al de la última época interglaciar, conocido como período eemiense y anterior al holoceno. En ese período hubo grandes fluctuaciones climáticas, había mucho menos hielo en la superficie terrestre y el nivel del mar era de seis a nueve metros más alto.
Hansen, criticado como alarmista y apocalíptico del clima, sostiene que el planeta se ha ido calentando a una media de 0,18ºC por década durante los últimos 45 años, principalmente por las emisiones de gases “invernadero”. El ex climatólogo de la NASA ha sido muy crítico con el acuerdo de París hasta el punto de considerarlo como “un fraude o una farsa”.
“Hay un error de percepción que nos ha hecho creer que por fin hemos decidido actuar ante el problema del clima”, asegura Hansen. “Este error se debe al acuerdo de París en el que los Gobiernos se dieron la palmada en la espalda y se fijaron la meta de 1,5ºC de aumento máximo de la temperatura global. Pero si nos fijamos en la ciencia, los números no cuadran”. “Nos estamos quedando sin tiempo y el problema lo van a pagar las próximas generaciones”, asegura Hansen, autor de Storms of my grandchildren (“Tormentas de mis nietos”). “Incluso con la más optimista de las predicciones, con una reducción de las emisiones en un futuro, el coste será de billones de dólares, posiblemente cuando la situación esté ya fuera de control“.
(Fuente: elmundo.es)