Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu
Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás
dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo
que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra,
ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las
honrarás;(A) porque yo soy Jehová tu
Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres
sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,” Éxodo
20: 1-5
En las epístolas de Pablo, Pedro o Judas, aparecen en
numerosas ocasiones, referencias a los santos como personas que se han
entregado a Dios. Siempre son personas vivas, no tienen otro requisito ni
mérito que el haber aceptado el mensaje de Salvación, es decir, simples
cristianos. La palabra "Santo" es, pues sinónimo de apartado del
mundo para Dios. No significa esto que sea un ermitaño, sino que ha renunciado
a los deseos de la carne para servir en espíritu al Señor. Esto lo hace
cualquier cristiano, no de nombre, sino de verdad, aquel que cumple
verdaderamente el Evangelio de Cristo: "A la iglesia de Dios que está en
Corinto, santificados en Cristo Jesús, llamados santos, y a todos los que invocan
el nombre de nuestro Señor Jesucristo en cualquier lugar, Señor de ellos y
nuestro" (1ª de Corintios 1.2).
Entonces, ¿por qué la "Iglesia Católica" y
otras religiones nombran "Santos" a personas que han muerto y que
según los dirigentes han hecho méritos que les distinguen de los demás fieles?,
¿por qué son objeto de culto y tienen un papel de intermediación entre Dios y
los hombres, tal y como ya vimos que se le atribuye también a María?
De nuevo tenemos que remontarnos a las religiones
paganas; es en Babilonia donde los hombres adoraban a casi cinco mil dioses y
diosas. Estos no siempre habían sido divinos, sino que hubo una época en que
fueron personas, héroes vivientes en la tierra, y después de su muerte se les
reconoce, por sus méritos, como objeto de culto. De hecho, cada día estaba
dedicado a un dios particular que les protegía, de la misma forma que en la
actualidad existe un santoral cristianizado; por ejemplo, 22 de noviembre es el
día de "Santa Cecilia" patrona de la música, etc.
Las poblaciones, los gremios o distintos trabajos, todo
tiene su "Santo Patrón/a" que les protege y a él se implora en caso
de necesidad. Es muy extendida, también, la costumbre de poner a los recién
nacidos el nombre del "Santo/a" a quien se le pide que proteja a esa
criatura.
El catecismo de la religión católica anima a los fieles a
orar e imitar a quienes, debido a sus buenas obras, han sido declarados santos
por la jerarquía eclesiástica "...los testigos que nos han precedido en el
reino, especialmente los que la Iglesia reconoce como "santos",
participan en la tradición viva de la oración, por el testimonio de sus
vidas... Contemplan a Dios, lo alaban y no dejan de cuidar de aquellos que han
quedado en la tierra... podemos y debemos rogarles que intercedan por nosotros
y por el mundo entero..." (pag. 732). Es esta la postura oficial de la
"Iglesia".
Por supuesto, la Biblia, no está de acuerdo con esta
práctica: "No sea hallado en ti quien haga pasar su hijo o su hija por el
fuego, ni practique adivinaciones, ni agorero, ni sortilegio, ni hechicero, ni
fraguador de encantamientos, ni quien pregunte a pitonisos, ni magos, ni quien
pregunte a los muertos porque es abominación á Jehová cualquiera que hace estas
cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios las echó de delante de ti"
(Deuteronomio 18.10-12). De hecho, comunicarse con personas con personas que
han muerto no es más que una forma de espiritismo: "Y si os dijeren:
Preguntad a las pitonisas y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No
consultará el pueblo á su Dios? ¿Apelará por los vivos a los muertos? ¡A la ley
y al testimonio! Si no dijeren conforme á esto, es porque no les ha
amanecido" (Isaías 8.19-20). Como puedes comprobar es una práctica
aborrecible a Dios.
Esta práctica, que ya hemos visto que es de origen
pagano, se mezcla con la, ya anteriormente comentada, de realizar y adorar
imágenes. Existe toda una ciencia de la imaginería religiosa, no sólo exclusiva
de "Cristos y Vírgenes" sino que abarca todo el santoral religioso.
Es costumbre representar a los "Santos" con una aureola sobre sus
cabezas, como tu tuviesen un hálito de santidad. Esta práctica también ha sido
copiada y asimilada de la cultura religiosa babilónica, que representaba sus
dioses y diosas con redondeles y rayos dorados alrededor de sus cabezas.
También esa práctica pasó a la cultura egipcia - helenística - romana y de aquí
a la tradición religiosa cristiana.
Conclusión.
"Él es el objeto de tu alabanza y tu Dios"
(Deuteronomio 10.21)
"Porque yo protesto a cualquiera que oye las
palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere á estas cosas, Dios
pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno
quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del
libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en
este libro. El que da testimonio de estas cosas, dice: Ciertamente, vengo en
breve. Amén, sea así. Ven: Señor Jesús" (Apocalipsis 22.18-20).
TEXTO COPIADO