“Son relaciones que nunca sabes si han empezado de niños o en la madurez, y que son muy difíciles de controlar porque la línea es muy fina“, explica Marianne Binder, portavoz del Partido Cristiano. “Nosotros no queremos proteger una relación sin saber si se da de forma libre o no”, añade, argumentando que en muchos casos se establecen vínculos de dominación y dependencia.
“Es importante que quede claro que el abuso sexual y la pederastia están severamente penados en Suiza”, recuerda un portavoz del Partido Socialista.
Aunque el matrimonio entre parientes de segundo grado (tíos, sobrinos y primos) está legalizado desde hace 10 años, las relaciones incestuosas entre padre e hijos y entre hermanos están prohibidas explícitamente en el Código Penal. Se trata de un delito que se castiga con hasta tres años de cárcel.
Pero la Confederación Helvética no sería el primer país en permitir que un adulto tuviera una relación con un progenitor o un hermano. España, Francia, Países Bajos, Turquía, Rusia, China, Israel y algunos Estados de Estados Unidos están entre los que no tipifican el incesto como delito.
La familia tradicional
Los partidos conservadores no sólo se preocupan de las cuestiones legales, sino también por que prevalezca la “institución familiar tradicional”, como reconoce Binder.
Para el portavoz del Partido Verde en la Asamblea Federal, Antonio Hodgers, se trata de una cuestión más jurídica que política porque “el Código Penal no debe moralizar sino proteger el interés público”, algo que “no queda justificado cuando se dan tres o cuatro casos al año”.
Problemas genéticos
A pesar de que es uno de los aspectos más recurrentes cuando se debate sobre el incesto, la mayoría de investigaciones apuntan a que no existe una relación directa entre unos padres que sean miembros de una misma familia y los consiguientes problemas de salud para el niño.
“Los problemas genéticos también pueden ocurrir en el caso de una pareja que no tiene ningún parentesco”, dice el portavoz del Partido Socialista.
La derogación del artículo sobre el incesto forma parte de una reforma integral del Código Penal helvético que, de aprobarse, no entraría en vigor hasta dentro de al menos dos años. El Parlamento votará en los próximos meses y los debates en Berna se prevén más que agitados. fuente: