Los sentenciados entonaron los himnos "Bendice alma mía a Jehová" y "Sublime Gracia". La historia de fe de estos ocho hombres, ocurrió la madrugada del 29 de abril pasado
Los sentenciados entonaron los himnos "Bendice alma mía a Jehová" y "Sublime Gracia". La historia de fe de estos ocho hombres, ocurrió la madrugada del 29 de abril pasado. Los convictos encarcelados por tráfico de drogas, dos australianos, un brasileño, cuatro africanos y un indonesio, llegaron a conocer a Jesucristo dentro de prisión.
Cuando llegó el momento de cumplirse la sentencia, afrontaron con valentía y con fe en Dios. En vez de permanecer con la cabeza inclinada en condición de derrota y resignación, los reos permanecieron firmes, negándose ser vendados, y alzando sus voces cantaron el himno "Sublime Gracia". Mientras aún entonaban la alabanza fueron fusilados.
En sus últimos días en las celdas de aislamiento, el prisionero australiano Myuran Sukumaran pintó una serie de autorretratos. La pintura final representa un corazón humano y junto con Andrew Chan, quien estudió teología, fue ordenado pastor durante su casi una década en la cárcel, ambos miembros dijeron a sus familiares que iban a permanecer fuertes hasta el final. Estos dos miembros envolvieron en su fe a los demás, por ello, la pastora Karina de Vega describió las escenas extraordinarias de los prisioneros "alabando a su Dios". "Fue impresionante", dijo De la Vega.
"Esta fue la primera vez que fui testigo de algo tan emocionante”. También dijo: “Están unidos entre sí, cantando una canción tras otra, alabando a Dios como en un coro”. Después de años de desesperadas apelaciones legales y diplomáticas por sus familiares, nada pudo hacerse, el decreto estaba hecho; fueron asesinados causando dolor y angustia en sus familias.
Fuente: noticias.midiariocristiano.com