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jueves, 2 de septiembre de 2010
Un buena reflexion para tu alma. !aprendamos de ellas¡
Sabes Cuantas cosas debemos aprender de las hormigas. ellas antes de llegar los tiempos de de las temporadas de lluvias, se preparan y entre todas a una recolectan, sus alimentos, Para cuando estos momentos difíciles de lluvias lleguen, estar preparadas. Los tiempos de la cosecha de Jehová esta cerca, ¿por qué todos a una , no hacer lo mismo que las hormigas? Pero: esta ves recolectar, almas para la cosecha de jehová, que espera de ti, de mi, para ganar almas para su reino. Muchos decimos pertenecer al reino de Dios y ni siquiera les decimos tan solo a un alma, necesitada, que cristo murió por sus pecados. Mas bien tomamos de lo que ellos, tienen. De todos sus pecados, del mundo. y nos alimentamos de ellos, en lugar de darles de lo que tenemos nosotros, del espíritu de verdad. Si en verdad tenemos en nosotros el espíritu, De las gracias, de Dios. La palabra nos manda a ser luz en medio de las tinieblas. Ho Es que actuamos de vez en cuando como la historia, del hombre que edifico, su casa sobre la arena. El viento y las lluvias, cuando llegaron, se la derribaron. Porque su casa no estaba fundada, sobre la roca. ! Cristo ¡ Sabes ¿por qué también no aprender de los pajarillos? Que al comenzar sus nidos, llegan los vientos, las lluvias, las tempestades, y le destruye todo, lo construido. Pero él no se detiene, sigue adelante, y vuelve a reconstruir de nuevo. Vuelven las lluvias y lo destruye. pero él, vuelve de nuevo ha comenzar, como siempre cantando y construyendo, su nido. Por qué, en medio del dolor las tormentas de la vida, no actuar como las hormigas, Ho como los pajarillos , siempre perseverante. Siempre adelante, sin desmayar. Sin dejar su aliento de seguir viviendo para la gloria, de quien les a dado, la oportunidad de vivir. Su gran creador. El gran rey de gloria que dijo: que fuese y así fue. Ha el sea la gloriar, por los siglos de los siglos amen. Mi gran señor te cubra, por siempre. Te quiero, amigo, amiga. Hermana, Hermanos, Queridos. atte.: Isidro Hilton.
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