Cuan prontamente tratamos de mirar la burla y al ridiculo como a algo que es divertido e
inofensivo! Sin embargo, tenemos que admitir que el ridiculizar a otros es pecado, en contraste
con muchos otros, algunas veces tiene buena apariencia. En fiestas y en otras reuniones,
el ridiculizar a otras personas puede crear una atmosfera de "humor"; no nos cuesta nada;
hace que la gente se ria y nos permite ganar amigos.
Pero el espiritu de ridiculizar (que no debe confundirse con el don divino de humor) procede
del diablo. Eso lo vemos cuando pensamos como fue coronado Jesus con una corona de
espinas. En ese caso se desato el infierno; bramo contra su Creador.
El ridiculo, que a menudo hiere tan profundamente, brota de el infierno. Y lo que proceda del
infierno y lo sembremos nosotros nos hara cosechar el castigo del infierno.
De modo que, si tenemos que comprender claramente que ese es un pecado serio, que nos
traera juicio.
La segunda epistola de Pedro enumera a los "burladores" como una clase de hombres
anticristianos que apareceran en los ultimos tiempos .
2 Pedro 3:3-4 (Nueva Versión Internacional). Ante todo, deben saber que en los últimos días vendrá gente burlona que, siguiendo sus malos deseos, se mofará: «¿Qué hubo de esa promesa de su venida? Nuestros padres murieron, y nada ha cambiado desde el principio de la creación.»
Las Sagradas Escrituras nos dicen mas acerca de la perversidad de la burla.
Proverbios 24:9 (Reina-Valera Antigua). El pensamiento del necio es pecado:
Y abominación á los hombres el escarnecedor (burlador).