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miércoles, 27 de octubre de 2010
Para Su gloria, un testimonio real. Deleitate en jehová y el hará
Deléitate así mismo en Jehová y el hará. Sabes escuche la historia de un pastor, que en este día maravilloso que nos regala nuestro gran señor. Y que quiero compartir contigo, amado y querido hermano y amigo lector. En un país muy lejano estaba prohibido predicar el evangelio de cristo. Mucho menos leer la palabra o hablar de Dios. Estaba prohibido entrar con biblias a esta nación. pues quien era encontrado con una biblia estaba expuesto a la orca y a que le cortasen la cabeza. Este pastor o misionero voy a llamarle: julio. Julio era un pastor muy entregado a las cosas del reino. Este pastor recibió un llamado para: viajar a este país en donde estaba prohibido de que se predicara la palabra de Dios, pero: él, recibió esté llamado del señor. Un día él decide viajar a este país y por lo menos llevar un ejemplar de la Biblia. Todo asustado entro por la frontera, y pudo pasar con la biblia, pero se sentía muy atemorizado. Salio de este país, todo tranquilo nada ocurrió. Y pensó: cuando vuelva voy a traerme una caja de biblias mas para tratar de distribuirlas de una forma, u otra . Esta ves y a ver que pasa. Una vez más retorna a esta nación, julio , en misiones, y se lleva una caja de doce biblias. Bien cruzo la, fronteras y no paso nada. El estaba dentro del país con su caja de biblias, pero muy asustado, caminando, caminando, todo desesperado hasta que llegó a una universidad de esta nación. Del temor que sentía a veces pensaba que alguien le perseguía, pero; no era así. Estaba tan, pero tan, nervioso que entró al baño, de esta institución de estudios superiores y dejó la caja de biblias, en este lugar. Los estudiantes al encontrar la caja de la palabra de Dios, comenzaron a escudriñarlas, y se preguntaban unos a otros: ¿que es este libro negro que habla de un Dios único y verdadero? ¿Y de un cristo que murió por los pecados de la humanidad? Julio se había ya marchado del lugar y del país. Pero: quedo pendiente por si escuchaba alguna noticia de las biblias que había dejado en este lugar. Veía las noticias internacionales y no se escuchaba decir nada en absoluto, sobre ellas. Pasó un par de semana, y julio dijo: nada… pues cuando vuela, voy a llevar todo un baúl, lleno de biblias, para: distribuirlas. Pues este país necesita de Dios. Lo que julio no sabia es que de aquellas biblias que había dejado en la universidad, de este país, una había caído en las manos del rector de esta institución, y se habían activado todas las instituciones de inteligencia, para averiguar quien estaba introduciendo de contrabando estas biblias. El evangelista julio, una ves mas decide volver a este país pero; con un cargamento mayor. Llevaba, el baúl repleto de biblias para distribuirlas. Al llegar a la frontera, baya sorpresa, en la frontera tenían un batallón de revisiones, para poder entrar al país. Cuenta el ministro que cuando el vio todo el movimiento, decide retroceder el vehiculo. Pero al hacer el intento, se le agregaron unos cinco vehículos mas detrás de el . Ahora sí, Julio no puede dar reversas. Solo le tocaba esperar el turno de revisión de su auto. Empezó a sudar, y sudar. Y dijo: señor tú me enviaste. Socórreme. Decía él, que mientras él esperaba su turno de revisión, sentía mientras oraba, que las rodillas le temblaban. Ojos serrados seguía orando al señor. De repente sintió unas manos gigantes que posaron sobre sus hombros y una voz le dijo: yo estoy con tigo. Al llega el turno de revisión de su auto, el coronel, de batallón de revisión se acercó y le miró por la ventana del auto y le dijo: oye ¿estas nervioso, que te pasa? Y pronuncio: este lo voy a revisar yo. Julio al ver el comienzo de la revisión de su auto, siguió orando y clamado a Jehová , en silencio. Cuando llego el momento de abrir el baúl del auto, julio se puso mas nervioso, aún todavía, pero; seguía en comunión en silencio, pues le habían desmontado del auto para la revisión. Cuando los militares abriendo el baúl de auto, solo le faltó a julio saltar a correr de los nervios pero seguía en comunión. Cuando él vio que ellos no hacían ningún tipo de acción contra él, solamente que el coronel se le acercó y le dijo: ¿oye porque llevas el baúl de tu auto lleno de herramientas? ¿Vas a hacer algún trabajo en este país? julio solo le contesto: solo son herramientas de trabajo que vengo asiendo en este país. Y le dejaron cruzar la frontera, rumbo a su misión. Julio solo cantaba y adoraba a Dios, hasta llegar a su destino, y cumplir con la encomienda que Dios le había enviado. Recuerda: Deléitate en Jehová y el hará. Atte.: Isidro Hilton. Que Dios te cubra. Te quiero.
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