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jueves, 22 de abril de 2010
Dios nos promete !¡UN REINO HERMOSO!¡.
El fin del Evangelio de la salvación por medio del sacrificio de Jesucristo es que entremos en el Reino de Dios, por ello estas palabras de Jesucristo tomadas de Mateo 6:33, nos ponen en situación ante lo que ha de ser la prioridad de nuestra vida.
Del mismo modo las palabras, “ama a tu prójimo como a ti mismo” Marcos 12:31, nos llevan a una conclusión similar en cuanto a la prioridad para con nuestro prójimo; si lo mejor para nosotros es el Reino de Dios, lo mejor para nuestro prójimo es también el Reino de Dios.
Pero quisiera transmitir un enfoque que Dios me ha permitido ver y que debería estar en el conocimiento de todos los que le aman. Hasta ahora la frase “el Reino de Dios está entre nosotros” tal y como nos dice el Maestro, se hace efectiva si comprendemos que Jesucristo mismo es el Reino de Dios en persona.
El texto Bíblico que el Señor usa para revelarnos esta realidad está a lo largo de este estudio.
El Reino de Dios es la presencia de Dios gobernando todo lo que existe, pero se divide en dos estados básicos: El Reino de Dios establecido a nuestro alrededor y el Reino de Dios dentro de nosotros.
El primero no se deja ver con respecto a la humanidad y su tiempo, porque el hombre ha aborrecido al Señor, y aunque es Dios no es el dios del mundo, y aun siendo Dios de todo, ha permitido al llamado dios del mundo, el diablo, gobernar el sistema del mundo y a los hombres, ya que ha arrebatado el reino que Dios puso en manos de Adán, la humanidad, desde Edén, desde que tenemos una mente capaz de relacionarse con Él y de ser Su esposa espiritualmente, “no ruego por el mundo, sino por los que me diste” oración de Jesús en Juan 17:19.
El segundo, el Reino de Dios en nuestra alma, es cuando el hombre se entrega a Dios y le concede la autoridad de su vida a Jesucristo, recibiendo en ese momento la bendición de una relación con el Padre, teniendo el amor de Jesucristo, la sabiduría para una vida plena en la verdad y la posibilidad de amar a nuestro prójimo mediante el poder de Dios.
Así el hombre en cuya alma está el Reino de Jesucristo recibe el poder de transmitir el amor de Dios a otros y de anunciarles la salvación de sus almas para la eternidad por medio del Evangelio del Reino de Dios.
Por otro lado aquellos que disfrutan ya del Reino de Dios en ellos, reciben la guianza de Dios para sus familias y seres queridos, para su subsistencia y para toda circunstancia.
Además Dios otorga una fuerza desconocida para superar la adversidad y una esperanza que el hombre sin Dios no conoce, pues hasta ahora la humanidad se debate entre la guerra y la codicia, pero los hijos de Dios viven como en el Reino de Dios. DIOS te bendiga siempre. te amo. asta la proxima
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