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sábado, 12 de mayo de 2012

SE UN SACERDOTE DEL DIOS VIVO

                                         Somos sacerdotes de Cristo. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de tener el fuego encendido, mantener el fuego del altar en nuestra vida devocional a través de la oración constante. Así el fuego del Espíritu no se apagará jamás.

" Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote pondrá en él leña cada mañana, y acomodará el holocausto sobre él, y quemará sobre él la grasa de los sacrificios de paz . El fuego sobre el altar no deberá apagarse nunca; siempre deberá estar encendido " ( Levítico 6,12- 13).TE  QUIERO

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