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martes, 13 de abril de 2010

algo espesial para tu alma


                                                                                                                                                                         Texto bíblico: Hechos 1,4: "Y estando con ellos, mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, que (dijo) que de mí."

Reflexión: Esta debe ser la postura de alguien que dice tener a Jesús como Señor de tu vida: los oídos bien abiertos y la obediencia a su palabra. Jesús les dijo a los discípulos que esperasen la promesa del Padre sobre su vida: una manifestación del Espíritu Santo. Los discípulos tuvieron que esperar otra connotación, porque creían que la presencia del Espíritu sería el momento de la restauración de Israel como nación y el pueblo de Dios en la tierra. Sin embargo, la presencia del Espíritu restauró la vida de un pueblo que vivía en la oscuridad, la fruta del pecado que estaba sobre él. El Señor durante su ministerio, enseñó a sus discípulos que la presencia del Espíritu Santo los hacen vivir en una nueva y abundante vida Fue el Espíritu santo que los conmino a tener una nueva vida, ya que tendría que nacer de nuevo desde arriba. A través de él, estarían informados de toda verdad y todo lo que podían recordar de lo que Jesús les enseñó. El Espíritu los convierte en hombres analfabetos en predicadores elocuentes de la Palabra de Dios, por el momento, les puso en los labios toda la verdad. Sería, por tanto, el Espíritu Santo y dador de toda bendición espiritual que recibirían en el nombre del Señor. Hoy en día, los que confiesan el señorío de Jesús sobre sus vidas, también reciben esta disposición de los cielos. Hemos sido bendecidos con su presencia en nuestras vidas y todo lo que hacemos en el nombre de Jesús tiene la guía e inspiración de él. El Espíritu Santo, la promesa del Padre para con nosotros, vamos a oír y obedecer la palabra de Dios a lo largo de nuestro viaje. Manténganse en Jerusalén para nosotros hoy es estar abierto a esta revelación del Señor en nuestras vidas. ¿Te das cuenta con toda la fuerza de nuestro ser y con toda la intensidad del alma. Él nos hará caminar en lugares altos y nos permitirá probar la maravillosa presencia de Dios en nuestras vidas. Se fortalecerá nuestra fe y nos dará discernimiento para entender su propósito en nuestras vidas. Así que todavía permaneced en Jerusalén, porque el Señor nos enviará su promesa.
Oración: Padre amado, que tu Espíritu Santo se manifieste para volver a casa en nuestras vidas, que nos da la certeza inquebrantable de que estás con nosotros. Él nos permite vivir en su camino bajo su guía en su verdad, en nuestros corazones y los labios, para que podamos vivir la vida que tenemos ante ti. Es lo que pedimos en el nombre de Jesús. ¡Amén! Dios les bendiga siempre. Atte. :isidro Hilton

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