Además les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo
sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el
cielo. Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio
de ellos.
El que hace suyos mis mandamientos y los obedece es el que me ama. Y al que me
ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.
¿Por qué, Señor, estás dispuesto a manifestarte a nosotros, y no al mundo? El
que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra
vivienda en él.
¡Al único Dios, nuestro Salvador, que puede guardarlos para que no caigan, y
establecerlos sin tacha y con gran alegría ante su gloriosa presencia, sea la
gloria, la majestad, el dominio y la autoridad, por medio de Jesucristo nuestro
Señor, antes de todos los siglos, ahora y para siempre! Amén.
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