Muchos en sus momentos difíciles en la vida acuden, a métodos
de cobardes: al suicidio, o la horca. Yo acudo de rodillas ante mi Dios. Te
puedo asegurar que mis mejores batallas están peleadas, de rodillas en mi habitación.
Porque no hay mejor batalla que esa. Te quiero. Busca la dirección de Dios y ya
verás.
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