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sábado, 14 de abril de 2012

Dame solo lo necesario

Oh Dios, bendíceme hoy. Dame lo que necesito” ¿Puede orar así? Muchos de nosotros/as lo consideramos difícil sino imposible el orar por nosotros mismos. Pero al decirnos que oremos “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”, la... oración del Padrenuestro nos muestra que debemos pedirle a Dios por las cosas que necesitamos para sostener nuestra vida física. Aunque Jesús dijo que no sólo de pan vivirá el hombre(Lucas 4.4) él también hizo claro que nosotros/as también tenemos que acudir a Dios por el pan material que necesitamos. Jesús nos mostró que Dios se preocupa por los detalles de nuestras vidas.
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” nos recuerda que al igual que los hebreos recogían el maná cada día en el desierto, no podemos almacenar lo que necesitamos de Dios. La experiencia de ayer con Dios fue de ayer; hoy debemos acercarnos a Dios nuevamente para el alimento, la afirmación, la dirección y el desafío de hoy. Dios nos sostiene un día a la vez.

De hecho, el orar por asuntos específicos puede crear interrogantes. A veces cuando oramos, lo que pedimos no es concedido. Las personas alrededor del mundo están hambrientas en busca de comida; seres queridos fallecen aun cuando le pedimos a Dios que los sane. Sin embargo, no recibir siempre lo que pedimos significa que dejamos de pedir. El pedir es una señal de nuestra confianza en Dios. Nuestra relación con Dios no depende en los beneficios que la relación ofrece. Oramos dejando los resultados a Dios.

Pero la oración que Jesús nos dió tanpoco dice “Dame hoy mi pan diario”. Dice,” El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”. Estamos unidos con todos los hijos de Dios, la provisión de Dios para nosotros debe ser compartida. Hay suficiente comida en el planeta para alimentar a cada uno; hay suficiente energía para mantenernos a todos calientes; hay suficiente riqueza para suplir a las necesidades básicas de cada uno si compartimos nuestra abundancia. En estas palabras acerca de las necesidades diarias podemos escuchar a Jesús nuevamente llamándonos a un nuevo estilo de vida. Lo que nos llega puede ser la respuesta a la oración de otras personas, si estamos dispuestos/as a abrir nuestros corazones, nuestras billeteras y nuestras manos. Según le permitimos al amor de Dios que fluya a través de nosotros, las necesidades de los hijos de Dios pueden ser suplidas.

Preguntas para la reflexión:
1.¿Cuándo fue la última vez que le pidió a Dios por algo específico para usted o para otra persona? ¿Recibió la respuesta por lo que estaba orando? ¿Cómo se sintió acerca del pedir?
2. ¿A quién conoce entre los hijos de Dios que necesita alimento, ropa, cuidado médico u otras necesidades? ¿ Cómo puede compartir su abundancia para suplir esas necesidades?
3. ¿Cómo se siente cuando considera la idea de que lo que Dios nos da no pertenece a nosotros exclusivamente? ¿Qué reclamo piensa usted que Dios tiene en sus recursos y posesiones?
4. ¿Cuándo Dios ha suplido una necesidad suya a través de alguien en su comunidad de fe? ¿Por la ayuda de quién quiere darle gracias a Dios hoy?
5. ¿Qué recibió de la mano de Dios ayer? ¿Qué necesita de Dios hoy?

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