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domingo, 18 de julio de 2010

¿Porqué si llamo Nó me respondes?


                                                                                                                                                                                              ¿Por qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando llamé, nadie respondió?... ¿No hay en mí poder para librar? (Isaías 50:2).


¡!que grande es Dios¡!
                                                                                                                                                                    Se cuenta que una pobre mujer que se hallaba en grandes dificultades económicas tuvo la visita de un hombre benévolo que quería ayudarla. Él llamó a la puerta, pero como no tuvo respuesta, concluyó que la mujer estaba ausente y se fue. Poco más tarde, al encontrarla, le habló del porqué de su visita. ¡OH!, dijo ella, ¿era usted, señor? ¡Cómo lo lamento! Creí que era el propietario que venía a cobrarme el alquiler, y como no tenía la suma necesaria, ¡tuve miedo de abrir la puerta!

Hoy en día, millares de hombres y mujeres obran para con Dios como esta mujer para con aquel que quería ser su benefactor. Piensan que cuando Él llama a la puerta de su corazón, viene para exigir algo. ¡Qué horror! Al contrario, Él viene para dar y no para reclamar el pago de su deuda. Viene para liberarle de su desamparo y darle una herencia eterna. "El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" (Marcos 10:45).

A menudo Jesús ha llamado a su puerta con amor. Espera desde hace mucho. ¿a qué amigo trataría usted así?

"Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:8).

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16). Que te parece. Dios te bendiga por siempre amigo, hermano querido. te quiero mucho.

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