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viernes, 2 de abril de 2010

Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer......


                                                                                                                                                                        Dios dijo al hombre: “Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol del que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa.” Génesis 3:17


La maldición cubrió toda la humanidad. Los efectos de la maldición comenzaron a verse en cada familia.

¿Cómo se reflejó el pecado? Usted dígalo? ¿Cuál fue la problemática en la familia compuesta por Adán y Eva?

La crisis que sufrió esa familia comenzó por los hijos. Recuerda a Caín. “¡Fue el escándalo del vecindario!”

¿Qué nos dice de la familia de Noé? El pecado de su hijo Cam (dele un vistazo a su genealogía) todavía está afectando a toda su descendencia.

¿Cuál es el reporte de la familia de Abraham? ¿Acaso el pecado respetó a los “grandes?” ¿Recuerda a su primer hijo, a Ismael, también hijo de Agar? Uno de los conflictos más grandes en la historia de la humanidad lo está protagonizando su descendencia.

¿Y qué con la familia de Isaac y Rebeca? ¿Qué fue lo que pasó con Esaú? Revise el historial de esta familia, cuánto sufrimiento soportó la madre de Esaú, esto es, Rebeca. ¿Cómo afectó a toda su descendencia éste hijo de una buena familia?

¿Y el primogénito de Jacob? Usted lo conoce, estamos hablando de Rubén.

Uno de los preferidos de Dios era David. Claro, el pecado no puede tocar su familia. Pero no fue así, la maldición no distinguía rangos ni linajes. Seguramente ya identificó a Absalón.
Usted como ministro seguramente ya se enteró de que está maldición por causa del pecado del hombre,sigue haciendo estragos a diestra y siniestra no sólo entre la congregación de los santos, sino también dentro de las filas del liderazgo.
Esta maldición no respeta la familia de pobres, ricos, presidentes, abogados, pastores ni profetas. (No se olviden de la casa de Elí-Ofni y Finees).
¿Quién puede parar esta maldición que se cernió sobre todo ser viviente? ¿Podremos ver la armonía y la restauración de la familia? Todos hemos experimentado juntamente con estos grandes hombres de Dios, la rebeldía, desobediencia e ingratitud de los hijos, por una parte; de la negligencia y el descuido de los padres; la sobreprotección y falta de disciplina, por la otra.

Es frecuente escuchar: ¡Pero deseábamos lo mejor para nuestros hijos, trabajamos muy duro para que no les faltara nada! ¡Pero si les dimos todo nuestro amor!

¿Cómo interviene Juan el Bautista en este asunto de la familia?

Son muchas las virtudes que se le han adjudicado (merecidamente), pero el liderazgo se ha olvidado de la objetividad de su verdadero ministerio.

La verdadera causa de la muerte de Juan, fue su acérrima crítica al gobernante en turno por pisotear el orden familiar establecido por Dios.

Son pocos los que se atreven a colocarse en una situación delicada como la de Juan. ¿Quién quiere enemistarse con las familias por criticar el desorden familiar? Mejor mira para otra parte.

Vamos a Las Escrituras. En Lucas 1, un ángel del Señor le dijo a Zacarías: “Tu mujer Elizabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan (El que pone el nombre es el que tiene la autoridad sobre aquel)... E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.”

Versos 11-17
Parecería que este texto no le dice mucho al ministerio de la iglesia. Vamos a la profecía.
“He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.” Malaquías 4:5,6.
Esto significaría que el ángel Gabriel anunció no solamente el nacimiento de Juan, sino también un propósito específico, un ministerio específico de Juan.
Juan se identificó diciendo: Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo:

Voz del que clama en el desierto:

Preparad el camino del Señor,

Enderezad sus sendas. Mateo 3:3

Esta profecía dice en Isaías 40:3-5

Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.

Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane.

Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado.

Este es el expediente de Juan. Un análisis indicaría: Primero, que él vendría a preparar el camino del Señor, anunciar que el abismo que causó el pecado haciendo división entre padres e hijos se acabó, ¡ya no más! ; y que al venir el Señor podrían suceder dos cosas: ENCONTRAR UN PUEBLO BIEN DISPUESTO.

Esto es, que a llegado a su fin la maldición y que los efectos del pecado contra la familia ya no tienen razón de ser. Que no debemos aceptar esa maldición y trabajar en la reconstrucción de la familia, un pueblo bien dispuesto para la gloria de Dios. Lucas 1:17

O bien, de no ser así,

b) No sea que yo venga y hiera la tierra con maldición. Dice el Señor. Malaquías 4:5-6.

Según la profecía de Malaquías, se considera la posibilidad de que se menosprecie e ignore lo que Juan viene anunciando.
Dios es soberano, pero también vemos una flexibilidad tal como pasó con Nínive; la destrucción era firme, pero el arrepentimiento obró la misericordia de Dios.
En Nínive hubo un arrepentimiento nacional y se detuvo el juicio. ¿Podremos esperar algo semejante con el liderazgo respecto de esta profecía de Malaquías? Porque si algo ha predicado el liderazgo, es la Venida del Señor. Cuando se espera a alguien (un presidente, el jefe, un amigo o un familiar) uno se prepara para que encuentre todo aceptable. Pero no vemos que la iglesia se esté preparando.

¿Crees a la profecía? Seguramente van a contestar afirmativamente. Pero no nos referimos a la que se te dice en lo personal por algún ministerio, sino a la que Dios ha establecido en Su Palabra.
Aparejado con esto tenemos la profecía de Isaías 40, con una determinación de hacer justicia, que no dejará rincón sin aplicar.
Esta profecía es una alegoría, “todo valle”, “todo monte” se refiere a personas, instituciones, gobiernos, o padres e hijos; a cualquier cosa que tenga capacidad de exaltarse o humillarse, ocasionado por el pecado.

Aplicándolo a la familia, todo monte se referiría a hacer volver los corazones de los padres a los hijos. Así todo valle, se referiría a hacer volver el corazón de los hijos hacia los padres; o de los rebeldes a la prudencia de los justos. Alguien tiene que humillarse. Ya no habría más desigualdad, más diferencias, más distanciamientos o abismos. Toda familia estaría en simetría, en perfecta armonía como un pueblo bien dispuesto. Esto lo puede lograr el liderazgo con la ayuda del Espíritu de Dios, porque es un trabajo profético; para que se cumpla la profecía. Si usted lo prefiere, Dios puede hacerlo independientemente de usted.

Sigue diciendo Isaías: Lo torcido se enderece y lo áspero se allane. La determinación de Dios es firme y debería ser también nuestra determinación, que prevalezca la justicia de Dios.

¿Estaría usted dispuesto a poner en acción ya, justicia dentro de la iglesia? Mire que le puede costar la cabeza tal como le sucedió a Juan.

Por nuestra parte, le hemos pedido prestado a Dios el ministerio de Juan, y el de Elías.
Sabemos que la mayoría del ministerio ha orado por tener el poder de Elías, incluso la doble porción del espíritu. Esta ha sido la inclinación del ministerio. Pero no quieren ver ni desean el carácter y el sentido de justicia que tenían estos dos hombres.

No tenían temor de confrontar el pecado de los que estaban en autoridad. Estos hombres tenían la vida en un hilo por causa de la justicia. No tenemos que recordarle que Elías vivía huyendo.
¿Qué hay en el corazón del ministerio, no puede discernir entre poder y carácter? ¿Estaría el ministerio dispuesto a poner en acción no el poder de Elías y de Juan, sino su carácter? Se requiere valor. Tiene tanto temor de aplicar la justicia de Dios que no se quiere arriesgar a confrontar el desorden familiar en la iglesia. ¿Cómo pretende pelear contra la potestad de las tinieblas?
Desea ser el clásico ministro, con popularidad, siempre con una sonrisa y una palabra amable; muy duro desde el púlpito, pero muy débil para confrontar la problemática familiar, todo por guardar su popularidad. Esto ocupa más que 40 minutos de predicación, requiere todo su tiempo para Dios.
Recuerde que esto es parte de un todo. Crítica muy alta necesita soluciones muy altas. Esta historia continuará. ¿Porqué desea Dios restaurar La Familia? El motivo. Dios bendiga Su Liderazgo y Su Iglesia. LES AMOO.

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